viernes, 13 de junio de 2008

PROFUNDIDAD DEL QUINTO SISTEMA DE H. DUBRIC


Impactante seminario dictado en el año 2006, donde sus aseveraciones estremecen:

«Este año 2006 se cierra un ciclo económico de grandes vaivenes en nuestro aflogido mundo, y se abre al mismo tiempo, la «nueva etapa» -7 años- donde lo preponderante sera:

1)Lo económico.

2)Lo energético.

3) Catástrofes naturales.

Los invito a que hagamos seguimientosa los tres aspectos aquí señalados».

Y continúo: «Los desequilibrios en las cuentas públicas de cada país aumentarán en lugar de disminuir, no sólo por el costo energético, sino por los desvaríos de quienes dirigen y desastres naturales que se avecinan»...


«Asi quienes no hayan controlado el gasto y la inversión, se verán en terribles consecuencias, pues no podrán paliar con antelación, al temible fantasma de la inflación, que nuevamente acecha, apareciendo de nuesvo en este período -7 años- devorando todo esfuerzo de crecimiento».


«inutilmente los paises desarrollados tratarán de tomar medidas drásticas para reducir sus economías, por el problema energético. Les será realmente imposible. Asi que, preparémonos, pues estamos a las puertas de acontecimientos recios jamás nunca vistos en el planeta».


«En materia económica veremos desmoronarse la economía más grande del mundo y su caída inminente se percibirá a partir ya del 2008 en adelante, será poco a poco, como quien aprieta un tornillo, es claro que todo esto creará un caos tremendo, pues nadie quiere fracasar, así que imaginémos lo que se avecina»

Expresó inclusive en su seminario: «Las señales aparecen continuamente, demostrándonos, que ésto no tiene arreglo, pues nos estamos dando vueltas y vueltas en el mismo punto, por eso la llaman los teóricos «olas cíclicas» o recurrentes, y lo más grave es que la gran mayoría de la humanidad, actua como si lo que estuviera ocurriendo, no tuviera nada que ver con uno mismo. Todo anda muy rápido y vivimos «dormidos» con los quehaceres de la vida, sin tiempo para REFLEXIONAR. Estamos inmersos en una vanidad asqueante, sin darnos cuenta que vamos ya por ese tobogan frenético a la destrucción».